DIEZ - LA CUEVA DE SALAMANCA


Los 20 sitios más emblemáticos de Salamanca

(de visita obligada)


Si tienes intención de recorrer los verdes rincones del huerto de Calixto y Melibea, muy cerca de aquí se encuentra, en la Cuesta de Carvajal, la Cueva de Salamanca, sitio dedicado a artes de brujería y contactos con el demonio que bien pudiera ser la vivienda de la propia Celestina. 

¿Te gustaría conocer un poco de su historia?


La realidad es que este espacio está lejos de ser una cueva como tal; en su origen era la cripta de la Iglesia de San Cebrián, templo romántico del siglo XII que fue derribado en el siglo XVI y que no existe en la actualidad. Una vez destruido, se convirtió en almacén de palacio del Mayorazgo de Albandea y más tarde pasó por diferentes usos, que van desde trastero de una panadería hasta una carbonería. 
En 1987 se proyectó la construcción de un museo arqueológico, debido a los abundantes restos de necrópolis romana encontrados en el área de la plaza de Carvajal, Dentro del museo, y al aire libre, se encontraría la Cueva de Salamanca, accesible al público desde ese mismo año; pero el proyecto se detuvo hasta finales de 1991. Dos años más tarde se inauguraron las obras de restauración del entorno, pudiéndose visitar también la vecina Torre de Villena en honor a la tradición local que habla del Marqués de Villena. 


Según cuenta la leyenda más popular, en las profundidades de este siniestro lugar, el mismo diablo (Asmodeo) daba clases de nigromancia (´hechicería negra que consiste en la adivinación por evocación de los muertos´). El número de alumnos debía ser siete; y siete eran también los años que los iniciados habían de emplear en sus estudios (tratándose de ciencias mágicas no resulta nada extraño que se elija el número mágico por excelencia). 
Pasado este tiempo, uno de ellos debía quedarse con él como pago de todas sus enseñanzas. Se dice que uno de sus alumnos fue Enrique de Aragón, el Marqués de Villena, quien tuvo la mala surte de ser elegido para permanecer junto a Satanás. Pero esté logró engañarlo y consiguió huir con vida, aunque en su huida perdió la sombra, hecho que le hizo quedar señalado como seguidor de Satanás para el resto de sus días. 

Todos los mitos y leyendas que tratan sobre este lugar se han visto alimentados gracias a la imaginación literaria de destacados autores españoles, sobre todo en la escena teatral barroca. El ejemplo más conocido es el de Miguel de Cervantes, con su entremés La Cueva de Salamanca pone en duda el tema de la magia, cuya existencia parece depender tan solo de la inocencia de sus oyentes, al igual que sucede con el personaje de Pancracio. Así, este resulta burlado por su mujer (Leonarda), por la criada (Cristina), por los amantes de estas (el Sacristán y el Barbero) y por un oportuno y avispado estudiante salmantino (Carraolano) que ha llegado a la casa pidiendo alojamiento. Aunque el tema central es la infidelidad de la esposa, Cervantes nos sumerge en la temática de las ciencias ocultas aprendidas en esta cueva, combinando ambos motivos con extraordinaria comicidad. 



No obstante, otros autores mencionan el lugar o la leyenda como es el caso de Francisco Rojas Zorrilla, Juan Ruiz de Alarcón, o el inglés Walter Scott. Este último, en su poema The Ride to Merlose, dice así: "Un mago de fama temible tal/Que cuando, en la cueva de Salamanca/Él aparece con su varita mágica en la ola/Las campanas sonarían en Notre Dame". En definitiva, tal fue la repercusión de esta leyenda que, en varios países hispanoamericanos como Argentina, Chile, Uruguay y estados del sur de Brasil, se emplea el término "salamancas" para aludir a aquellos lugares en los que se practica brujería u otros ritos. 


Fuentes: 

Hostelería Salamanca

Menuda es Salamanca

Inspain

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