Tres - Plaza del Corrillo y Rúa Mayor
Los 20 sitios más emblemáticos de Salamanca
(de visita obligada)
Saliendo de la Plaza Mayor por una de sus aberturas llegaremos hasta la Plaza del Corrillo, popular por acoger la
estatua del poeta Remigio González Martín, conocido como “Adares”, y la iglesia de San Martín. Esta
plaza conecta con la calle más concurrida de Salamanca: la Rúa Mayor,
famosa por desembocar en el centro histórico de la ciudad, está repleta de
tiendas de souvenirs, pastelerías y bares donde disfrutar de la gastronomía
charra.
¡Acércate hasta aquí para llevarte un
bonito recuerdo de Salamanca al tiempo que degustas su comida típica!
A pesar de estar señalado como lugar violento y
fronterizo entre
los bandos que dividieron la ciudad en la antigüedad, lo cierto es que, por el contrario, la Plaza del Corrillo siempre fue un lugar de relación social, de
comercio y especialmente de tránsito. ¿Qué fue la Guerra de los
Bandos? En el siglo XV, las familias
nobles de San Benito y de San Tomé se disputaron
durante décadas el dominio de la ciudad.
Tal era su enfrentamiento que Salamanca
llegó a estar dividida, físicamente, por esta plaza, convirtiéndose en un
límite que nadie podía cruzar. Así pues, poca
gente se atrevía a pasar por allí, lo que provocó que creciera la hierba y
esta plaza comenzó a denominarse como
“Corrillo de la Hierba”.
Asimismo, destaca la escultura póstuma de Agustín Casillas con la que inmortalizó la figura del poeta Adares en 2018; aunque la obra supone un doble homenaje a dos autores muy queridos en Salamanca. Con dos metros de altura y casi un metro de ancho, esta estatua, fundida en bronce, presenta al poeta salmantino caminando en recuerdo a su habitual recorrido por la calle San Justo hacia la Plaza del Corrillo. Allí permanecía durante horas acompañado de sus poesías: llegaba con su mesa y extendía sus libros para venderlos, de ahí que calificara al lugar como “Cátedra de Poesía”. Casillas modeló a Adares con su característica barba, gorra visera a la cabeza, bufanda y el zurrón en el que guardaba sus poemas.
Por
último, la Rúa Mayor es una de las
arterias urbanas más emblemáticas de Salamanca y lugar de paso obligado
para todo aquel que quiera conocer de cerca todos los encantos de la capital
del Tormes. Esta calle que
originariamente comunicaba la Puerta del Sol de la Cerca Vieja, primitiva
muralla medieval, con la iglesia de San Martín se convirtió en una vía de excepcional importancia comercial y eje
vertebrador de la vida de la ciudad. Su nacimiento se remonta a la segunda mitad del siglo XIX cuando
existía la necesidad de alargar el
camino que conducía desde la plaza de San Martín hasta la plaza de Anaya, enlazando al mismo tiempo la Plaza Mayor y
las Catedrales. El proyecto fue ideado
por Carlos Gondorf, arquitecto de la Real Academia de San Fernando, quien
contempló por primera vez la idea de prolongar
este espacio en línea recta hasta la Plaza de Anaya.
En 1890 la idea tomó forma tras el derribo de varias
casas y dio lugar a esta calle.Los años siguientes estuvieron marcados por la polémica, dado que la nueva vía cambió de nombre en varias
ocasiones. De hecho, llevó el nombre de
un catedrático de Metafísica de la Universidad de Salamanca y
relevante exponente del 'krausismo', Mariano Arés, pero los más conservadores
se opusieron a esta decisión. Posteriormente, tras el fallecimiento del político y periodista salmantino,
Isidoro García Barrado, se cambió a García Barrado. Finalmente, en el año 1938 la calle pasó a llamarse, ya de forma definitiva, como
la Rúa Mayor, aunque popularmente todo
el mundo la conoce por la sencilla fórmula de La Rúa.
Con el
paso del tiempo aquellos pequeños locales de plateros, comerciantes y joyeros
del siglo XIX dieron, a comienzos
de la década de los años 90 del pasado siglo, a un nuevo concepto de la Rúa, determinada por su peatonalización.
Ese paradigma de nuevo urbanismo se caracterizaba únicamente por el paso de
peatones, salvo las lógicas excepciones
derivadas de las operaciones de carga y descarga de las furgonetas de suministros en
las cafeterías, bares y restaurantes que pueblan esta arteria urbana. Hoy en
día continúa siendo dominio de peatones,
turistas y locales que buscan descanso en sus terrazas mientras contemplan el
esplendor de la torre de la catedral.
Fuentes:
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