Ucraniano/a mejor que ucranio/a
Por desgraciadas y graves razones que pueden convertir en frívolo lo que
vamos a exponer a continuación - pedimos perdón por ello si es así, pero
pensamos que puede venir hasta bien para distraer la cabeza de aquello -, en
las últimas semanas ha vuelto a inundar los textos de los medios de
comunicación el gentilicio propio de Ucrania, resucitando así una
controversia lingüística del español que ya comentamos hace unos años en
nuestro blog, coincidiendo con la
primera agresión de Rusia a Ucrania de 2014, en el
artículo: ¿Ucranio o ucraniano?
No ha hecho falta ahora tirar mucho de la lengua al lenguaraz y polémico académico (y extraordinario escritor) Arturo Pérez-Reverte, para que, al respecto de esto, se descolgara diciendo lo siguiente:
“Me preguntan amigos tuiteros si es mejor decir "ucranio" o "ucraniano". Y, bueno. En mi opinión, llamar "ucranio" a un ucraniano es como llamar "bolivio" a un boliviano o "colombio" a un Colombia”.
Enriquecía su comentario posteriormente con este otro:
Hay que señalar que Isaías Lafuente está vinculado al Grupo Prisa, cuyo periódico de referencia, el diario “El País”, es sin duda el abanderado fundamental entre los medios de comunicación españoles de la forma “ucranio/a” como gentilicio de Ucrania.
No ha hecho falta ahora tirar mucho de la lengua al lenguaraz y polémico académico (y extraordinario escritor) Arturo Pérez-Reverte, para que, al respecto de esto, se descolgara diciendo lo siguiente:
“Me preguntan amigos tuiteros si es mejor decir "ucranio" o "ucraniano". Y, bueno. En mi opinión, llamar "ucranio" a un ucraniano es como llamar "bolivio" a un boliviano o "colombio" a un Colombia”.
Y no hubo que esperar mucho tampoco para que el periodista y también
destacado escritor Isaías Lafuente, contestara a esas declaraciones con
una respuesta que dejó descolocada a mucha gente:
“El gentilicio ucranio no es un invento reciente, fue el primero en
entrar en el diccionario de la RAE en 1925. Ucraniano entró 60 años
después, en 1984. Ahora la RAE admite los dos, aunque recomienda
ucraniano por ser el más extendido. Hasta ahí puedo leer...”
Enriquecía su comentario posteriormente con este otro:
“¿Y qué me dice usted, en su opinión, de llamar noruega/o,
argentina/o, china/o, libia/o o serbia/o a los naturales de Noruega,
Argentina, China, Libia o Serbia, por ejemplo? El mundo del gentilicio
no tiene normas generales. De cualquier ejemplo podríamos hacer
chistes...”
Hay que señalar que Isaías Lafuente está vinculado al Grupo Prisa, cuyo periódico de referencia, el diario “El País”, es sin duda el abanderado fundamental entre los medios de comunicación españoles de la forma “ucranio/a” como gentilicio de Ucrania.
Nos parece muy acertado el segundo comentario de Lafuente, que pone
de relieve esta característica de nuestro idioma, que lo hace
difícil en el apartado de los gentilicios: no hay normas generales,
e igual que el gentilicio de Colombia es en efecto “colombiano/a”, y
el de Bolivia es “boliviano/a”, el gentilicio de Libia es “libio/a”
(no “libiano/a”) y el de Armenia es “armenio/a” (no “armeniano/a”).
En esta parte estamos de acuerdo con Lafuente. En el primer
comentario no tanto. Hemos podido consultar la
herramienta en línea para comparar distintas ediciones de su
Diccionario
(concretamente las de 1780, 1817, 1884, 1925, 1992 y 2001), y es
cierto que “ucranio” aparece en las de 1925, 1992 y 2001, mientras
que “ucraniano” se muestra sólo en las de 1992 y 2001. Pero hay
una inexactitud en las palabras de Lafuente: él señala que “(…) Ahora la RAE admite los dos, aunque recomienda ucraniano por
ser el más extendido.”, pero si repasamos el Diccionario Panhispánico de Dudas, lo que
la RAE dice al respecto es lo siguiente:
ucraniano -na. ‘De Ucrania’. Esta es la forma inicialmente usada como
gentilicio de este país europeo y sigue siendo mayoritaria
en todo el ámbito hispánico; es, por ello, la forma
recomendada (…).
En cualquier caso, la conclusión sigue siendo la misma:
las dos formas están aceptadas, pero la RAE recomienda la
forma “ucraniano/a”. Hasta ahí podemos leer.
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