Death of Luis Eduardo Aute

Luis Eduardo Aute. Photographer: Dani Pozo.
Last Saturday (4th April), one the best Spanish singer-songwriters of the last decades left us: Luis Eduardo Aute. In the middle of this darkness, an irreplaceable light turned off. He was a multifaceted artist: apart from being a musician, a singer and a poet, he was also a painter, a sculptor, and even director and scriptwriter of short and animated films. We will remember him as a free and modest individual with an amazing personal voice that seemed an extension of his own music. He will also be remembered for his lyrics that could be considered some of the best lines written in Spanish music.  Just for them, he deserves a place among the best Spanish poets of recent times, as Joan Manuel Serrat or Joaquín Sabina (for the same reason, Bob Dylan was awarded the Nobel Prize in Literature in 2016; we can sing poetry). Furthermore, Aute did not only write songs but he also published several extraordinary books of poetry in case there was any doubt about it.

His best-known song, his masterpiece is “Al Alba. He wrote it -for another singer, Rosa León- in 1975 just before Franco’s dictatorship committed its last executions. The song was supposed to be about love. However, if we look carefully at the lyrics, it is hard not listening to the voice of a person sentenced to death singing at his or her last night. If this was not the purpose, the song is one of those examples of brilliance that the author is unaware of creating. Anyway, even if “Al Alba” is almost from the beginning his best-known song, it is very difficult to choose which one is his best song: apart from the one already mentioned, “De alguna manera”, “Anda”, “Libertad”, “Albanta”, “No te desnudes todavía”, “Rosas en el mar”, “La Belleza”, “Cine, cine”, “Siento que te estoy perdiendo”, “Dentro” or “Amor”, also compete for that privilegeIf we had to choose one of his albums, we would choose “Entre amigos”, a concert in 1983 that includes all the songs we have mentioned above (you can access all of them by googling “Luis Eduardo Aute Entre Amigos canciones”). The Spanish newspaper “El País” published the day Aute passed away an article about him we highly recommend reading called “Diez canciones imprescindibles de Luis Eduardo Aute”. The article highlights a song that we haven’t mentioned yet but that is also one of our favourites. “Las cuatro y diez” is an exquisite portrait of a broken couple and of life in capital letters. We would like to include this video of Aute singing this song as a tribute to him.


Here you have the lyrics:

Fue en ese cine, te acuerdas,
en una mañana al Este del Edén,
James Dean tiraba piedras
a una casa blanca, entonces te besé.

Aquella fue la primera
vez, tus labios parecían de papel,
y a la salida en la puerta
nos pidió un triste inspector nuestros carnets.
Luego volví a la academia
para no faltar a clases de francés,
tú me esperaste hora y media
en esta misma mesa, yo me retrasé.

Quieres helado de fresa
o prefieres que te pida ya el café.
Cuéntame cómo te encuentras
aunque se que me responderás: muy bien.
Ten, esta foto es muy fea,
el más pequeño acababa de nacer
oiga, me trae la cuenta,
calla, que fui yo quién te invitó a comer.
No te demores, no sea
que no llegues a la hora al almacén.
Llámame el día que puedas,
date prisa que ya son las cuatro y diez. 

(Luis Eduardo Aute, 1973; album: “Rito”).

In 2009, Aute visited us in Salamanca invited by Montse Villar, our former Head of Studies, and we could meet his sincere and humble personality (he was also a full of jokes!), and enjoy his company in a meeting we now remember. 11 years ago, we published an article about it on our blog: Luis Eduardo Aute in Salamanca

Other articles about the death of Luis Eduardo Aute:



(Now in Spanish / Ahora en español)

Muerte de Luis Eduardo Aute

Este pasado sábado (4 de abril) se nos ha ido uno de los mejores cantautores en español de finales del siglo XX y principios del XXI: Luis Eduardo Aute. Una luz insustituible se apaga en medio de la oscuridad del momento. Artista poliédrico de múltiples aristas – además de músico, cantante y poeta, también pintor, escultor e incluso guionista y director de cortos de cine y películas de animación -, Aute deja para la historia una imagen desenfadada, poco o nada afectada (reflejo de la sencillez de su forma de ser), una voz personal y maravillosa que parecía prolongación de su propia música y estaba en perfecta simbiosis con lo que cantaba, y por encima de todo algunas de las mejores letras que se han escrito nunca en nuestro idioma. Sólo por ellas merecería ya un puesto destacado dentro del listado de los grandes poetas españoles de los últimos años, al igual que Joan Manuel Serrat o Joaquín Sabina (en esta línea de pensamiento iba el Nobel de Literatura concedido a Bob Dylan en 2016: nunca nos pareció descabellado). En el caso de Aute además, a la producción musical se añaden unos cuantos extraordinarios libros de poesía para disipar las dudas.

Seguramente, su canción bandera, su obra (maestra) más conocida, sea Al alba”. La escribió – para otra cantante, Rosa León en 1975, en vísperas de las que serían las últimas ejecuciones del franquismo, supuestamente como canción de amor. Revisando la letra sin embargo se hace muy difícil no escuchar en ella la voz de un condenado a muerte en su última noche; si efectivamente no era el propósito, estamos ante uno de esos casos anonadantes de genialidad ajena a la intención del autor, dentro de una obra en cualquier caso ya redonda de por sí (tal vez impregnado inconsciente o subconscientemente del contexto del momento, tal vez por haber buscado en otras ocasiones el hablar sobre la pena de muerte sin haber conseguido dar en la diana de forma plena). En cualquier caso, a pesar de hacerse esta canción casi desde su aparición con el título de canción más popular de Aute, el de mejor canción – en cuya competición sin duda también entraría -, estaría más disputado: la lista de candidatas no es corta. Títulos como “De alguna manera”, “Anda”, “Libertad”, “Albanta”, “No te desnudes todavía”, “Rosas en el mar”, “La Belleza”, “Cine, cine”, “Siento que te estoy perdiendo”, “Dentro” o “Amor”, forman parte todos ellos ya, por derecho propio, de la mejor lírica escrita en castellano. Si tuviéramos que quedarnos con uno solo de sus discos, ese podría ser por ejemplo “Entre amigos”, concierto de 1983 que recoge alguna de las canciones que acabamos de citar (la magia de Google nos permite acceder a todas ellas buscando “luis eduardo aute entre amigos canciones”). Por otro lado, por ofrecer otra fuente que nos lleve a escuchar fácilmente otra selección de lo mejor de Aute, el diario El País publicó el mismo día del fallecimiento un artículo llamado a convertirse en referencia, que recomendamos desde aquí:Diez canciones imprescindibles de Luis Eduardo Aute”. Coincidimos con El País en destacar en el primer puesto de nuestras preferencias, por el exquisito y diáfano retrato de pareja amablemente rota que dibuja - como simple pretexto, porque en realidad es un retrato de la vida con mayúsculas -, una que nos habíamos guardado hasta ahora: “Las cuatro y diez”. Aquí va su letra (qué gozada), junto con un vídeo también para recordarlo a él cantándola:

Fue en ese cine, te acuerdas,
en una mañana al Este del Edén,
James Dean tiraba piedras
a una casa blanca, entonces te besé.

Aquella fue la primera
vez, tus labios parecían de papel,
y a la salida en la puerta
nos pidió un triste inspector nuestros carnets.
Luego volví a la academia
para no faltar a clases de francés,
tú me esperaste hora y media
en esta misma mesa, yo me retrasé.

Quieres helado de fresa
o prefieres que te pida ya el café.
Cuéntame cómo te encuentras
aunque se que me responderás: muy bien.
Ten, esta foto es muy fea,
el más pequeño acababa de nacer
oiga, me trae la cuenta,
calla, que fui yo quién te invitó a comer.
No te demores, no sea
que no llegues a la hora al almacén.
Llámame el día que puedas,
date prisa que ya son las cuatro y diez. 

(Luis Eduardo Aute, 1973; álbum: “Rito”).

En el año 2009 Aute nos hizo una visita, a Salamanca, invitado por Montse Villar, nuestra anterior jefa de estudios, en el que pudimos descubrir su sincera y sencilla humanidad (¡gran contador de chistes!), y disfrutar de su compañía en un encuentro entrañable que ahora nos viene a la memoria, y que quedaba plasmado en este otro artículo de nuestro blog: Luis Eduardo Aute en Salamanca.

Que la tierra te sea leve, maestro.

Otros artículos sobre la muerte de Luis Eduardo Aute:

Comentarios

Entradas populares