Día de Todos los Santos

El 1 de noviembre se celebra en España el Día de Todos los Santos o Día de los Difuntos. La tradición, de origen católico, invita a ir al cementerio a recordar a nuestros seres queridos ya desaparecidos y dejar flores sobre sus tumbas. 
Como esto, en muchas ocasiones, supone trasladarse al lugar de origen, muchas familias aprovechan para reunirse y compartir, en casa o en el campo, una buena comida. Además de las castañas y la calabaza, es típico comer unos dulces que, en algunos casos, únicamente se pueden encontrar alrededor del 1 de noviembre. Os hablamos de dos de los más conocidos: los buñuelos y los huesos de santo.

Foto: Colegio Tía Tula


Los buñuelos
Los buñuelos o buñuelos de viento, de origen judío, son pequeñas bolas de masa que se fríen. Normalmente van rellenos de crema, nata o chocolate, aunque también se pueden encontrar de trufa, de café, de dulce de leche, de fresas…  También se comen en Carnaval y Cuaresma y su popularidad ha hecho que en algunas pastelerías los produzcan durante todo el año. Puedes, incluso, encontrarlos en versión salada; los más típicos de este tipo son los buñuelos de bacalao.

















Foto: Tamorlan, en Wikimedia Commons: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Huesos_de_Santo.jpg

Los huesos de santo
Estos deliciosos dulces se elaboran con pasta de almendra y tienen una forma alargada y cilíndrica, parecida a la de los huesos, de ahí su nombre. Aunque ya pueden encontrarse rellenos de coco, mermelada, chocolate o yogur, por ejemplo, lo tradicional es que sean de dulce de yema. Su producción se limita prácticamente a las fechas cercanas a Todos los Santos.


¿Te animas a probarlos?

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