Salamanca y sus alrededores... ¡Descubriendo Bilbao!

Dado que hace bastante tiempo que estoy en Salamanca, el pasado fin de semana decidí ir a visitar una de las muchas hermosas ciudades que están cerca de aquí: Bilbao.

Muchas personas me habían hablado bien de Bilbao  y dado que Salamanca tiene un buen enlace con el resto de ciudades de sus alrededores, he decidido ir en tren ya que es muy rápido y bastante barato.

A pesar de que es más diferente que Salamanca, Bilbao es una ciudad muy interesante ya que hay un montón de cosas que hacer!
De hecho, el sábado en cuanto llegué di una vuelta por el casco antiguo, donde hay tiendas de todos los tipos.

Las calles tienen ese estilo de España que las caracteriza: casas muy estrechas, una al lado de otra con pequeños balcones donde hay flores de todos los colores.
Hay muchas iglesias antiguas de piedra y muchos museos. Yo, obviamente, fuí a ver el más famoso, o sea el museo Guggenheim.

No obstante la espera para entrar fué larga ya que había bastante gente, ¡pero merece la pena esperar! Una exposición de tres plantas, donde están expuestas obras modernas, así como las de los movimientos como la Pop Art con Andy Warhol ( con la famosa imagen de Marilyn Monroe ) o el surrealismo con Breton, Picasso y muchos otros…

Al salir ví la famosa escultura que tiene forma de araña, donde muchísimos turistas estaban al rededor esperando para poder conseguir tomar una foto cerca de ella.

Otro museo que visité y que aconsejo es el museo de los tradiciones locales, donde se muestran trajes de bailes populares, viejos vestidos de pescadores, objetos encontrados que pertenecen al período del Paleolítico...

El domingo por el mediodía decidí comer en la Plaza Mayor, donde debajo de los pórticos hay muchos locales que ofrecen pinchos y tapas de todos los tipos.

Y a pesar de todas esas maravillas lo que más me gustó fue la ciudad por la noche, ya que hay muchos locales abiertos hasta muy tarde y las calles están todas iluminadas, creando un atmósfera especial, una mezcla entre ciudad antigua y moderna.

Antes de terminar mi visita y dirigirme a la estación para coger el tren de vuelta a Salamanca, quise exprimir los últimos momentos dando un paseo cerca del río y atravesar el famoso puente que tiene una extraña forma que tanto lo caracteriza.
En el andén que costea el río hay muchos turistas y gente local que aprovechan las vistas para dar un paseo caminando o en bicicleta.

Fué muy relajante e interesante disfrutar del contraste entre casco antiguo (con multitud de gente) y la parte cerca del río  (más tranquila).

Bilbao es una ciudad adaptada para todos: fácilmente recurrible a pie, con mucho ambiente festivo, cultural y de diversión!


Valeria, estudiante de prácticas en Tía Tula.

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