Excursión a Segovia
Fue duro levantarse tan temprano el domingo pero mereció la pena.
A las ocho y media de la mañana subimos al autobús que nos llevaba a Segovia y después de dos horas y media de viaje empezó nuestro día de visitas. Algunos piensan que después de ver el acueducto, Segovia ya no tiene ningún secreto. Cierto, es el primer monumento que se nos ofrece al entrar en la ciudad antigua y en cuanto la vimos sacamos la cámara para llenarla enseguida de imágenes, pero quedan otros sitios por descubrir, es sólo el punto de partida.

El tiempo fue estupendo y para comer nos buscamos un restaurante agradable con terraza para descansar y aprovechar del calor del sol. Unos se atrevieron a probar el "cochifrito", especialidad gastronómica de Segovia, acompañándolo con unos vinos tintos fresquitos.
La tarde pasó volando. Antes de regresar para Salamanca, hicimos un último paseo por el antiguo barrio judío.
Llegó la hora de partir y volver a Salamanca. En el camino hacia la estación dejamos detrás al Alcázar, la Catedral, la Plaza Mayor y el Acueducto. Segovia ya no tiene más secretos para nosotros pero eso no nos quita las ganas de regresar a verla otro fin de semana.
Aline, Coordinadora de Actividades Extraescolares
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