¡El tan esperado verano ha llegado!

Durante el verano Salamanca se transforma en un lugar mágico, lleno de espectáculos, eventos y programas turístico-culturales que incluyen: ofertas de música, teatro, recorridos teatralizados o visitas guiadas para cualquier tipo de público.

Se ofrece un amplio abanico de actividades durante tres meses, desde julio hasta primeros de septiembre, y las propuestas están dirigidas a todos y pensadas para el disfrute familiar. Son muy comunes las representaciones teatrales en los lugares históricos más famosos como por ejemplo la Cueva de Salamanca, misterioso sitio protagonista de cuentos y leyendas.
Entre los proyectos que se suelen presentar cada año destacan los espectáculos de poesía y literatura, pintura, luz y música. Los conciertos, que también son muchos, tienen lugar en el centro de la ciudad: la Plaza Mayor. De hecho, el programa cultural veraniego fortalece la imagen y la denominación de Capital Europea de la Cultura que la capital charra recibió en 2002; la oferta de ocio no se limita solo a los meses de verano, es una fiesta permanente en la que cafés, teatros y salas de exposiciones compiten para ofrecer lo más interesante.




Los monumentos siempre atraen a muchísimos turistas y los museos de arte representan una opción original y única, es decir que solo hay un centro de Art Nouveau y Art Decó (Modernismo), la Casa Lis, y un Centro de Arte Contemporáneo, la Domus Artium 2002 (DA2).

De todas formas, la Universidad sigue siendo la razón principal por la que hay tantos estudiantes en Salamanca y el verano es un período óptimo para ver la fachada plateresca con la Rana, las catedrales, la Casa de las Conchas, el Puente Romano y todo el enorme patrimonio artístico que se encuentra en esta maravillosa ciudad.
En fin, no hay que olvidar la gastronomía: las calles no solo se llenan de arte y cultura, ¡sino también de cafés, bares y restaurantes con deliciosas bebidas y tapas! Te aconsejamos que pruebes los pinchos de Manolita Café Bar, un sitio muy acogedor donde podéis tomar algo, probar los juegos de mesa, escuchar discursos, participar en intercambios de idiomas o simplemente disfrutar las tardes de verano sentados en la terraza al lado de la Rúa Mayor.

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