El ascenso anual de El Mariquelo por la torre de la Catedral Nueva

El cabildo de la ciudad decidió que a partir de entonces, cada 31 de octubre, víspera de la conmemoración del evento, una persona subiría a la campana más alta - sólo accesible desde el exterior - para dar gracias a Dios por su intervención protectora en aquella fecha y para medir también la inclinación de la torre, en prevención de que evolucionara y aumentara (cosa que no sucedió, tras el apuntalamiento). Los encargados de hacerlo serían los Mariquelo, familia a cargo del cuidado de las catedrales, y esta función, que pronto derivó en tradición, la mantuvieron hasta 1976, año de la retirada del último descendiente de la saga (Fabián). Después siguieron 9 años de parón; la tradición parecía abocada a su desaparición. Pero en 1985, Ángel Rufino de Haro, tamborilero de la ciudad, decidió tomar por fin el relevo y convertirse en el nuevo Mariquelo, con lo que el nombre pasó de ser el propio de un apellido a ser el de un personaje propio de la tradición local, casi un título honorífico.
El recorrido del Mariquelo cada 31 de octubre rememora al que hacían los Mariquelo originales de antaño y es el siguiente: sale por la mañana, a la grupa de un caballo, de la iglesia del Arrabal, en las afueras de Salamanca; se dirige a la Plaza Mayor, donde congrega a la población para que lo siga después, ya hacia la Catedral Nueva, por cuya torre ascenderá después, por niveles. Llegado al nivel superior (megáfono en mano), entona una oración y un pequeño discurso, en lo que supone el culmen de la celebración.
Este año, al estar la Plaza Mayor ocupada todavía por la Feria Municipal del Libro Antiguo y de Ocasión, el recorrido se ha modificado ligeramente y la congregación popular ha tenido lugar en la Plaza de Anaya, al lado mismo de la Catedral ya.
Puedes ver más información sobre la tradición del Mariquelo en su sitio web oficial: http://mariquelo.salamanca.org/
Desde los balcones de Tía Tula puede verse este ascenso, año tras año. Ventajas de estar situados a menos de 50 metros de la Catedral... Sin embargo este año nos lo hemos perdido porque, claro, el 31 caía en domingo... El año que viene caerá en lunes, así que volveremos a asomarnos para verlo. ¿Te apuntas?
(Imagen superior tomada de TRIBUNA.net).
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